Wednesday, April 18, 2007

Hombres en tiempos de oscuridad

El mundo no es humano por el simple hecho de estar hecho por humanos, y no se vuelve humano por el simple hecho de que la voz humana resuene en él, sino sólo cuando se ha convertido en objeto del discurso […] Sólo humanizamos lo que está sucediendo en el mundo y en nosotros cuando hablamos de ello, y es al hablar que aprendemos a ser humanos.

A esta humanidad que se alcanza en el discurso de la amistad, los griegos la llamaban filantropía, “amor al hombre”, ya que manifiesta en sí misma la disposición de compartir el mundo con otros hombres.


Hannah Arendt


Friday, April 13, 2007

Amor líquido

Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos

El retroceso de las habilidades de socialidad se ve fogoneado y alterado por la tendencia, inspirada por el modelo de la vida consumista dominante, a tratar a los otros seres humanos como objetos de consumo según la cantidad de placer que puedan llegar a ofrecer, y en términos de “costo-beneficio”. A lo sumo, los otros son valuados en tanto compañeros-en-la-esencialmente-solitaria-tarea del consumir, compañeros de alegrías consumistas, cuya presencia y activa participación pueden intensificar dichos placeres. Perdido por el camino ha ido quedando el valor intrínseco de los otros en cuanto seres humanos únicos e irrepetibles, así como la preocupación por el cuidado de la propia y ajena especificad y originalidad. La solidaridad humana es la primera baja de la que puede vanagloriarse el mercado de consumo.

Zygmunt Bauman

Saturday, April 07, 2007

«La ciencia y la vida cotidiana:

la ontología de las explicaciones científicas»

Considero que el mayor peligro espiritual que una persona enfrenta en su vida es creer que es el poseedor de una verdad o el legítimo defensor de algún principio o el poseedor de algún conocimiento trascendental o el propietario legal de alguna entidad, o el acreedor meritorio de alguna distinción, etcétera, porque inmediatamente se vuelve ciego respecto de su circunstancia y entra en el callejón sin salida del fanatismo. Considero también que el segundo peligro espiritual más grande que una persona enfrenta en su vida es creer, de alguna manera u otra, que no siempre es responsable de sus actos o de sus deseos o de no desear las consecuencias de ellos. Finalmente, considero también que el don más grande que la ciencia nos ofrece es la responsabilidad de aprender, libres de todo fanatismo, y si queremos, cómo ser siempre responsables de nuestras acciones a través de reflexiones recursivas acerca de nuestras circunstancias.

Humberto R. Maturana

> En P. Watzlawick y P. Krieg (comps.)(1994): El ojo del observador. Contribuciones al constructivismo. Barcelons: Gedisa, p.193.